viernes, 26 de diciembre de 2014

Sexo con animales

En el post de ayer reflexionaba sobre el optimismo; Sexo con animales de los comentarios me hace de nuevo pensar...

"Amigo Runner, me siento identificado contigo, pero hay algo que... Verás, de vez en cuando emerge dentro de mí esta cuestión... Nosotr@s, los que escribimos aquí, tenemos recursos, sabemos aplicar cierto sentido al sufrimiento, podemos echarle valor, afrontarlo de diversas maneras, ... Pero ¿qué pasa con el inocente que sufre y no tiene recursos, no solamente espirituales, sino ni siquiera para sobrevivir?¿qué ocurre con aquellos que nacen para morir incluso de manera terrible y no tienen ninguna posibilidad de defensa?.. Y no son pocos, son miles todos los días. Todos los días se producen oleadas de dolor absurdo que azota a seres indefensos. ¿Les cabe a ellos el optimismo?.
Espero que ojalá, algún día tenga una respuesta para este misterio. Y espero que sea convincente. ¿Comprendes ahora lo de cristiano ingenuo(idiota)?. Un abrazo y aqui.
cyránobix Viernes, 4 Febrero "

El título de este post (o palabrota rara jajajaa) hace referencia a un concepto psicológico: la capacidad humana de ser resistentes a la adversidad, es una capacidad que todos poseemos en mayor o menor medida, la psicológía moderna está muy interesada en investigar sobre este particular ya que nos permite poder elaborar estrategias que aumenten los talentos o capacidades ya existentes en la persona.

Dicho esto me apetece contestar a mi amigo ingenuo (sevillano de pro y creo que, sobre todo, buena persona que es lo mejor que una persona puede ser; es sólo una intuición jajajaja).

Verás una vez tuve la suerte de compartir experiencias con mi amiga C una cooperante que ha recoorido medio mundo; me contaba que una de las experiencias más extrañas y conmovedoras que ha tenido en su vida fue cuando, por primera vez, se encontró inmersa entre los más desfavorecidos, los que menos recursos económicos y maretiales tenían. Aterrizó en un país, Sierra Leona, el más pobre y devastado por las guerras intestinas de Africa; llegó a la pequeña aldea donde iba a trabajar con un proyecto de una ONG y lo que vio era desolador: niños amputados, desnutridos, mujeres harapientas, pocos hombres jóvenes (o habían muerto o estaban desplazados...), su coarzón solidario estaba destrozado; la última guerra había acabado tan sólo hace un año; mi amiga estaba conmocionada de ver tanta desolación.

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